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Desde los ojos de Lucía de la Vega

Actualizado: 25 ago 2023

Capítulo 2

 

Me fui al capital con mis amigos. Fuimos en una discoteca, bailamos, celebramos el cumpleaños de Laura. Una rumba a nadie le hace daño, ¿no? Con los chistes de Laura no podíamos parar de reír.

Volteé la mirada por un segundo y veo un chico que no quita la mirada de mí. Me sonríe como si se acaba de ganar la lotería. Se veía como el hombre más feliz del mundo.

Seguí su juego y continué mirándolo. Lo observé hasta que se acercó para hablar conmigo. Me dijo que se llama Mateo. Tenía unos ojos verdes que brillaban y una sonrisa que puede enamorar a cualquiera.


Cambiamos FB e Instagram y la conversación continuó todos los días. Me sorprendí como se parece a mí en tantas cosas y hasta nos gusta lo mismo. Nunca me ha pasado que encontrara alguien tan parecido. Mi alma gemela.


Los días pasaban y las ganas de estar cerca de él subían y subían.

Cada fin de semana iba al capital a verlo. Creo que fueron los mejores fines cuando estaba con él. Todo iba perfecto. Demasiado bueno para ser verdad.

Tenía un presentimiento malo, pero no le preste mucha atención. Lo ignoré como ignoro a los que llaman para venderte cosas y estafarte.


Se enfrió de la noche a la mañana. . Dejo de llamar, dejo de escribir. Si lo pregunto donde estaba en todo el día, se enojaba y empezaba a pelear.

Pase toda una semana tratando de calmar las cosas y de entender ¡qué carajos le estaba pasando! ¿Qué le hice? ¿Dónde me equivoque? ¿Si lo lastime? No encuentro respuesta.


Poco a poco se alejaba de mí. Me decía que estamos lejos, que la distancia es un problema para nosotros, que no puede seguir así… ¿De dónde carajo salió todo esto?

En un instante cambio por 180 grados. Como si estuviera hablando con algún extranjero. Como si ya lo aburrí. Que la distancia es mucho, ¡hombre!, estamos hablando de 170 kilómetros. Dos horas en coche, ¡por Dios!, ni que estuviera en los Estados Unidos.


Decidí respetar su decisión y deje de escribirle y llamarle.

Pasaron dos semanas llenas de tristeza. No pude sacarlo de la cabeza por más que lo he intentado.

Fue tan pegado en mí que de solo pensar se sentía como si se me arrancaría la piel.

Sé que tengo que dejar de pensar en él, pero es como que deje de comer.

Sé que lo más correcto será borrarte de mi mente, pero el botón “DELETE” ya no funciona.


Trate de no llorar más, pero la válvula se había roto. Llore hasta que no quedo ni una sola gota en mí. Hasta que mi interior se secó. Se convirtió en un desierto.

¿Puede alguien venir a arrancarme sus huellas? ¿Existe una cirugía? Algo, ¡por Dios!, lo que sea…


Al final… ya no hay nada que pueda hacer.

De todos modos me vine a vivir en el capital. Si solo hubiera esperado antes de empujarme.

Solo dos semanas más.


Tal vez y no fue mi alma gemela.

Me emocioné tanto que no pude ver la realidad.

Ahora que la puedo ver con cabeza fría…

Sé que él no merece ni un saludo, ni una última palabra…

Ni un adiós…




Descargo de responsabilidad:

Las historias están sazonadas con mucho dramatismo, y los personajes son ficticios, porque el drama comienza cuando termina la lógica. ☺

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2 Comments

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Guest
May 12, 2023
Rated 5 out of 5 stars.

porue no puedo solamente dejar las estrelals no queria dejar comentario

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Emerara
Emerara
Aug 11, 2023
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Vamos a ver, gracias

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